Si me canse de esperar, fue porque el tiempo no curó ni una herida.
Si me cansé de olvidar, fue porque el olvido es la pastilla suicida.
Si me cansé de perdonar, fue porque cuando duele nunca se olvida.
Si me canse de llorar, fue porque en las lágrimas no encontré salida.
Si me canse de perderte, fue porque una vez me desangré por perderte.
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